Gatitos lactantes: cómo identificar problemas o enfermedades
Los gatos lactantes tienen entre 0 y 3-4 semanas de vida, se encuentran en pleno desarrollo y son altamente vulnerables, por lo que hay que tener especial cuidado con ellos. Es muy normal que los pequeños puedan sufrir alguna enfermedad o que presenten problemas de varios tipos. Si quieres que sobrevivan a esas primeras semanas, deberás prestar atención a su evolución día a día para poder identificar a tiempo cualquier riesgo que comprometa su salud.
Antes de nada, hay que tener muy presente los tres pilares que sostienen el bienestar del gato: alimentación, calor y excreción. Si estos tres aspectos se tratan de forma adecuada, la probabilidad de supervivencia del gatito es muy alta.
De todas formas, para facilitarte la tarea, a continuación enumeraré una serie de casos habituales que sufren algunos gatitos y ante los que hay que actuar. Si quieres informarte más sobre los cuidados que hay que ofrecerles a los gatitos lactantes, no dudes en leer: Cómo cuidar a un gatito lactante huérfano.
Es muy importante que el gatito se alimente correctamente ya que, de no ser así, podría enfriarse y éste es uno de los grandes peligros para los lactantes.
Que ingiera poca cantidad o que no lo haga puede deberse a varias causas, por lo que hay que tener en cuenta si ese día el gatito ha comido mucho en una toma anterior, si ha defecado o no y si su temperatura corporal es correcta (recordad que los gatitos deben estar calentitos). Si el gatito no se decide a comer en varias tomas, hay que acudir inmediatamente al veterinario.
Recuerda las tomas diaras que debe tener un gatito lactante en
Problemas en los ojos
Uno de los males más comunes es la infección en los ojos de los gatitos. A pesar de lo que pueda parecer, no es algo grave, pero sí es necesario actuar cuanto antes, ya que si se deja puede llegar a cegar al animal. El síntoma principal es la aparición de las lagañas. Cuando la infención no se encuentra en estado muy avanzando, la solución es muy sencilla. Basta con limpiar con cuidado los ojitos con unas gasas mojadas con té de manzanilla. Siguiendo este tratamiento, la infección desaparecerá. Si esto no sucede o el caso es más grave, deberás visitar al veterinario.
Diarrea / Estreñimiento / Vómitos
Las alteraciones gastrointestinales también son problemas frecuentes, aunque si la alimentación no sufre cambios bruscos no tienen por qué presentarse, suelen deberse por la aparición de un virus. Si tu gatito tiene vómitos o diarrea, acude rápidamente a la clínica veterinaria para que se le administre un tratamiento. La diarrea puede deshidratar rápidamente al pequeño.
Por otro lado, el estreñimiento puede tener solución mediante la realización de un suave masaje con una gasa húmeda en la zona anal del animal, así es como la gata estimula a sus cachorros para que defequen. Si pasan 24/48 horas sin que esto suceda, hay que visitar al veterinario.
Dificultades respiratorias
Si la respiración del gatito es dificultosa o agitada habrá que prestar atención a su temperatura, es posible que se le haya sumistrado más de la debida. En este caso, hay que usar un termómetro y si los resultados son adecuados (38-39ºC) hay que observar si el cachorro tiene mocos u ojos llorosos o inflamados. De ser así puede tratarse de una rinotraqueitis, un virus común entre gatos pero no es contagioso para personas o perros.
Tomar la temperatura a tu gato
- Lubrica el termómetro.
- Coloca al gato de manera que su trasero quede expuesto. Si es muy nervioso, envuélvelo con una toalla.
- Sube la cola e introduce el termómetro lentamente en el recto. No más de 1/2 pulgadas.
- Relájalo con caricias mientras el termómetro actúa durante unos dos minutos.
- Retira el termómetro.
Lo normal es que la temperatura corporal del gato esté entre los 38 y los 39ºC, pero si el resultado es mayor o encuentras partículas mucosas, sangre o diarrea en el aparato deberás acudir al veterinario.
Si al respirar hace ruiditos puede ser una neumonía o un encharcamiento de pulmón, en cualquier caso es necesario acudir de inmediato al veterinario, ya que puede ocasionar la muerte del cachorro.
Se aparta de sus hermanos
Los gatitos lactantes tienden a apiñarse unos sobre otros y a mantenerse siempre juntos para calentarse entre ellos. Cuando se da el caso de un cachorro que se queda en un rincón o se aparta, lo más probable es que esté débil o enfermo. Si esta situación es excepcional, no hay que darle importancia, ya que puede que sólo tenga algo de calor. Pero si es algo común habría que prestarle especial atención y controlar los tres pilares del pequeño: alimentación, calor y excreción.
Limpiar al gatito
Si se ha hecho sus necesidades encima habrá permanecido húmedo, por lo que hay que limpiarlo bien y con cuidado con un pañito o una gasa que sea suave y que esté algo mojada, para luego secarlo a conciencia. Después hay que asegurarse de que esté cerca de una fuente de calor para que recupere su temperatura ideal.
Espero que tengáis en cuenta todos estos consejos y que os sirvan de ayuda. Esta entrada fue creada a raíz de la petición de un lector del blog, por lo que si queréis información o consejos sobre algún tema en concreto, no dudéis en poneros en contacto conmigo mediante mi corre electrónico (lagatasabionda@gmail.com) o dejando un comentario.